En Colombia, la tenencia de loros como mascotas—especies que pertenecen a la fauna silvestre del país—puede acarrear sanciones importantes. La normativa vigente contempla que estas aves no pueden ser capturadas, comercializadas o mantenidas en cautiverio sin autorización, lo que transforma la “mascota exótica” en una cuestión de cumplimiento legal.
Las autoridades advierten que muchos loros permanecen en jaulas pequeñas, sometidos a condiciones que obstaculizan sus comportamientos naturales, lo que acarrea problemas de salud como deformaciones del pico, plumaje deteriorado o estrés prolongado. Además, el cautiverio de estas especies afecta su rol ecológico —como dispersores de semillas y controladores de insectos— y compromete el equilibrio ambiental.
La infracción se sanciona según la Ley 1801 de 2016 (Código Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana), que tipifica la tenencia de fauna silvestre sin los permisos correspondientes como falta sancionable. Una multa de aproximadamente $393.440 COP puede aplicarse, además del decomiso del animal. Por ejemplo, un loro frentiamarillo que permaneció durante 32 años en cautiverio en el área metropolitana del Área Metropolitana del Valle de Aburrá presentaba graves secuelas físicas, lo que evidencia las consecuencias de esta práctica.
El procedimiento para actuar ante una posible infracción incluye presentación de denuncia, verificación de las autoridades y oportunidad de defensa para los implicados. Las autoridades instan a los ciudadanos a abstenerse de adquirir loros u otras especies silvestres con fines de mascota, y a preferir su preservación en su entorno natural, donde pueden cumplir sus funciones ecológicas sin riesgo.




