Millones de estadounidenses, como Elizabeth Butler en West Virginia, enfrentan una creciente incertidumbre ante los posibles recortes a los subsidios alimentarios impulsados por el presidente Donald Trump.
Butler, quien depende de la ayuda federal para alimentar a su familia, asegura que el dinero apenas alcanza para cubrir unas semanas. Como ella, otros 42 millones de personas podrían verse afectadas si el Congreso aprueba la ley que Trump ha llamado su “gran y hermosa reforma”. La amenaza ha llevado a muchos a prepararse para tiempos aún más difíciles.
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