Israel lanzó recientemente una de las ofensivas aéreas más intensas contra Irán en los últimos años, con el objetivo de debilitar su programa nuclear. La respuesta iraní no tardó en llegar, desencadenando una escalada de ataques entre ambos países.
En territorio israelí se reportaron al menos 10 fallecidos, mientras que en Irán, más de 220 personas perdieron la vida, según cifras oficiales. La capital, Teherán, fue blanco de varios bombardeos que alcanzaron incluso zonas residenciales.
Entre la confusión y el temor, muchos habitantes de Teherán expresan sentirse completamente desprotegidos. “Al gobierno no le importan nuestras vidas”, se escucha en las calles, donde reina la incertidumbre sobre lo que vendrá.
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