La noche volvió a teñirse de sangre en Cali. Edward Ramón Giraldo Estupiñán, un taxista de 37 años, fue asesinado a tiros cuando estaba próximo a llegar a su vivienda en el barrio Terrón Colorado después de terminar su jornada laboral. Según testigos, el hombre fue abordado por sujetos armados que sin mediar palabra le dispararon varias veces. Aunque fue trasladado de inmediato a un centro médico cercano, el conductor falleció minutos después debido a la gravedad de las heridas.
Crímenes
La víctima, reconocida en el sector, dejó una familia devastada y muchas preguntas sin responder. Este crimen ocurre en medio de una creciente ola de violencia que sacude a Cali. Solo en la última semana, se han reportado múltiples homicidios, feminicidios, atracos y casos de sicariato, lo que ha generado alarma entre los ciudadanos y preocupación en las autoridades locales.
El gremio
Líderes del gremio de taxistas señalaron que, en el caso de Edward Giraldo, no habría una relación directa entre su trabajo como conductor y el ataque que le quitó la vida. El asesinato de Edward ha generado un fuerte rechazo en redes sociales, donde se multiplican los mensajes exigiendo justicia y mayores medidas de seguridad. Vecinos del sector aseguran que la zona se ha vuelto peligrosa y piden más presencia de la Policía.
Investigación
Mientras tanto, la Fiscalía y la Sijín iniciaron las investigaciones para esclarecer los móviles del crimen y dar con los responsables. Las autoridades no descartan ninguna hipótesis y están revisando cámaras de seguridad del sector para obtener pistas. La inseguridad en Cali no da tregua. Los habitantes claman por acciones urgentes ante una racha de violencia que sigue cobrando vidas. El asesinato de Edward Ramón Giraldo Estupiñán se suma a una preocupante cadena de hechos violentos que afectan tanto a ciudadanos como a trabajadores del transporte.
Comunidad
Mientras su familia enfrenta el dolor de una pérdida irreparable, la comunidad exige respuestas claras y acciones efectivas. La Fiscalía avanza en la recolección de pruebas, pero el miedo persiste en las calles. Para los vecinos de Terrón Colorado, la vida cotidiana se ha tornado incierta y peligrosa. Este crimen, aún sin esclarecer, refleja una crisis de seguridad que no puede seguir ignorándose. La ciudad clama por justicia, presencia estatal y garantías mínimas para vivir.

