Takeshima Podcast estrena temporada con entrevista a Chelo Loureiro

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En una industria donde las historias suelen responder a fórmulas comerciales o a nombres ya consagrados, la figura de Chelo Loureiro sobresale como una creadora para quien la animación es una poderosa herramienta de pensamiento, memoria y transformación. Por eso, Takeshima Podcast la eligió como figura central de su primer capítulo de temporada.

Chelo es gallega, ingeniera de formación y feminista por experiencia. Ha hecho de su carrera un manifiesto artístico y político, apostando por relatos con sensibilidad social y protagonismo femenino.

En su paso por Takeshima Podcast, un espacio de conversación producido por el Estudio de Grabación UEA Takeshima, la cineasta compartió su recorrido, apuestas narrativas y los desafíos que implica hacer cine desde los márgenes. “Hay que lanzarse a dirigir y no esperar a ser ‘suficientemente buenas’. Para hacer una buena obra, hay que hacer obras malas también”, afirmó con sinceridad y convicción.



Su historia profesional comenzó en un mundo que parecía opuesto al cine. En el primer episodio, Chelo contó cómo se volvió feminista. “Me di cuenta de lo poco que sabían los hombres de las mujeres”, manifiesta. Años después, dejó atrás los planos técnicos para abrazar el lenguaje del cine animado, uno que combina lo artístico con lo tecnológico. Fue su curiosidad -y otra amiga guionista- la que la llevó a producir su primera película. Desde entonces no ha parado.

Chelo apuesta por óperas primas, por cineastas emergentes, por historias que incomoden y conmuevan. Acompaña a artistas plásticos, guionistas y directores en todo el proceso, desde el primer pitch hasta la presentación del filme en festivales. Pero también es clara: “una película es una carrera de fondo; si te quedas a diez metros de la meta, es un fracaso”, argumenta. En su rol como productora, guía, cuestiona, edita y ayuda a concretar obras posibles sin sacrificar su profundidad.

Su largometraje Valentina, inspirado en una historia personal que visibiliza la discapacidad, le valió un Premio Goya y el reconocimiento internacional. Pero más allá de los galardones, Chelo insiste en que cada proyecto debe tener un trasfondo social y una postura feminista. “Aunque sea entretenimiento, debe tener conciencia”, dice. Su lucha es también por dignificar la labor de artistas que muchas veces no logran vivir de su arte.

Durante la conversación en Takeshima Podcast, también habló de los retos específicos del cine de animación: la falta de reconocimiento a sus directores, la complejidad técnica del proceso y la necesidad de que los personajes tengan “alma” desde los primeros diseños. Para ella, no se trata solo de contar historias, sino de transformar miradas.


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