Estados Unidos ha suspendido la financiación de varios programas de USAID en Colombia, lo cual amenaza la implementación del acuerdo de paz de 2016 con las FARC. Alrededor de 80 programas han quedado paralizados, muchos de ellos dirigidos a reintegración de excombatientes, desarrollo rural y fortalecimiento institucional en zonas rurales.
La detención de estos fondos debilita las iniciativas de desarrollo socioeconómico que buscan ofrecer alternativas al sometimiento de grupos armados y reducir la reincidencia criminal. Organizaciones y líderes locales advierten que sin estos recursos, muchas comunidades podrían volver a quedar desprotegidas ante presiones de grupos ilegales que aprovechan vacíos de Estado y abandono regional.
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