SUSPENDEN DIÁLOGOS: El ministro de interior se pronunció ante situación con la minga

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Se frena mesa de concertación por vandalismo en la capital

En la madrugada de este jueves, el centro de Bogotá fue escenario de disturbios protagonizados por grupos indígenas que bloquearon la Carrera 10 y atacaron buses de transporte público, incluyendo vehículos del sistema TransMilenio. Ante estos hechos, las autoridades intervinieron para restablecer el orden y evitar mayores afectaciones en la movilidad de la capital.

Los manifestantes, provenientes de comunidades indígenas de Putumayo, Nariño y Cauca, han insistido en la necesidad de un encuentro directo con el presidente Gustavo Petro. Desde el pasado 31 de marzo, representantes de siete pueblos indígenas de Cauca y Nariño, junto con 22 autoridades, permanecen en la Plaza de Bolívar, rechazando el traslado al parque El Renacimiento, propuesto por la administración distrital. Argumentan que alejarse de la Casa de Nariño debilitaría su protesta y reduciría la posibilidad de ser escuchados.

Benedetti rechaza disturbios y defiende el diálogo institucional

El ministro del Interior, Armando Benedetti, rechazó los actos de violencia y vandalismo registrados en la protesta, subrayando que no es viable que el presidente atienda a cada grupo que exija su presencia. «Es insostenible que el presidente tenga que reunirse con cada organización que lo demande. Hay canales de diálogo activos y deben ser utilizados», afirmó.

Según Benedetti, los manifestantes buscan ser reconocidos como una organización independiente y argumentan que no están recibiendo recursos estatales debido a que no forman parte de las mesas de concertación establecidas. Al respecto, el ministro enfatizó: “Debemos atender a quienes hacen parte de la mesa permanente de concertación y a las organizaciones legalmente reconocidas. No se puede condicionar el diálogo a la exigencia de una reunión personal con el presidente”.

Un conflicto que persiste

Las tensiones entre el Gobierno y estas comunidades indígenas reflejan una problemática mayor sobre la inclusión y participación de diversos sectores en la toma de decisiones. Mientras las autoridades buscan mantener el diálogo dentro de los marcos institucionales existentes, los manifestantes denuncian falta de reconocimiento y exclusión de los espacios de concertación.

Por ahora, la situación en el centro de Bogotá sigue siendo crítica. La permanencia de las comunidades indígenas en la Plaza de Bolívar y el riesgo de nuevas manifestaciones ponen a prueba la capacidad del Gobierno para gestionar el conflicto sin recurrir a la confrontación. Se espera que en los próximos días se busquen soluciones que permitan desescalar la tensión y garantizar tanto el derecho a la protesta como la seguridad y movilidad en la ciudad.


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