Sueño mundialista

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El deportista caucano, fue convocado para representar a Colombia en el Mundial de Taekwondo de cinturones negros en Boyacá, pero la falta de recursos amenaza con frenar su participación.

La familia ha vendido champús y salpicón para reunir fondos, sin recibir apoyo institucional.

Con apenas 10 años, Juan Fernando Navia Velasco ya carga sobre sus hombros un logro que muchos deportistas solo alcanzan en su vida adulta: representar a Colombia en un certamen internacional. El joven taekwondista caucano fue convocado para participar en el Mundial de Taekwondo de cinturones negros, que se llevará a cabo en Noxa, Boyacá. Sin embargo, el camino hacia la competencia no ha sido sencillo, pues su familia se enfrenta a un obstáculo que se repite en la historia de muchos atletas colombianos: la falta de apoyo económico.

Desde los seis años, Juan Fernando se ha formado con disciplina y dedicación en este arte marcial. Sus entrenamientos constantes y su espíritu competitivo le permitieron destacarse en torneos regionales y nacionales hasta alcanzar la convocatoria que hoy lo ubica entre los talentos deportivos con proyección internacional. Pero, aunque el reconocimiento es motivo de orgullo, también ha puesto en evidencia las dificultades estructurales del deporte en la región.

Los costos de transporte, hospedaje, uniformes y acreditaciones superan las posibilidades económicas de la familia. Ante la ausencia de respaldo institucional, los padres de Juan Fernando han recurrido a la creatividad: han organizado rifas, preparado champús y salpicones para vender en el barrio y tocaron las puertas de entidades como Indeportes Cauca y la Lotería del Cauca, pero hasta el momento no han recibido respuesta positiva.

“Mi hijo se ha esforzado desde muy pequeño. Entrena con disciplina y sueña con representar a Colombia. Solo pedimos que alguien crea en él y nos ayude a que este sueño no se quede en el camino”, expresa con preocupación su madre, quien ha liderado las gestiones para conseguir apoyo.

La situación de Juan Fernando refleja un panorama recurrente en el deporte de base: jóvenes con talento y resultados comprobados que, pese a sus méritos, encuentran limitaciones por la falta de inversión en la formación de nuevos atletas. Mientras tanto, la comunidad en Popayán ha comenzado a difundir la historia del niño taekwondista con la esperanza de que entidades públicas, empresas privadas o personas solidarias se unan para respaldar este sueño.

El tiempo corre, y con él la ilusión de un niño que no quiere perder la oportunidad de llevar el nombre de su tierra a lo más alto del taekwondo mundial.

Pie de página: Juan Fernando Navia Velasco, deportista.


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