Sudán, una tragedia olvidada: la ONU alerta sobre la mayor crisis humanitaria del mundo

[responsivevoice_button voice="Spanish Latin American Male" buttontext="Escuchar Noticia"]
Compartir en

Una guerra que el mundo ignora

El conflicto en Sudán se agrava mientras el silencio internacional crece. En la ciudad de El Fasher, los grupos paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) han cometido atrocidades contra civiles.

Cientos de personas han sido asesinadas, muchas de ellas cristianas. Sin embargo, la ONU aclara que no se trata de una guerra religiosa, sino de una lucha por el poder.

El organismo describe la situación como la mayor crisis de refugiados del mundo y advierte sobre una hambruna que amenaza a millones.


Un conflicto desatendido

Aunque Sudán vive una tragedia de proporciones históricas, poca atención internacional se dirige hacia su pueblo. Según la ONU, este es un conflicto olvidado, pese a la implicación de potencias regionales que financian a los grupos en disputa.

El país está atrapado entre intereses externos y la indiferencia global. Las potencias internacionales no han priorizado una solución, dejando a millones de personas abandonadas a su suerte.


Las raíces de la crisis

La violencia actual tiene raíces profundas. Tras décadas bajo la dictadura de Omar Al Bashir, Sudán se dividió en 2011 con la independencia de Sudán del Sur, que provocó la pérdida del 75 % de los recursos petroleros del norte.

La falta de ingresos desestabilizó al Estado y fortaleció el poder militar. En 2019, Bashir fue derrocado, pero la transición democrática fracasó. Los militares conservaron el control y en 2023 estalló el enfrentamiento directo entre el ejército y los paramilitares de las RSF.

La comunidad internacional, pese a promover un proceso de transición, impuso modelos externos sin legitimidad local. Cuando las reformas amenazaron intereses militares, el proyecto colapsó y el país cayó en la guerra total.


Un espejo para el mundo

La tragedia de Sudán es un fracaso colectivo. Actores locales divididos, élites militares aferradas al poder y agendas extranjeras alimentan el conflicto.

Mientras tanto, millones de civiles sufren desplazamiento, hambre y violencia sin respuesta internacional efectiva.

La historia sudanesa revela una dura verdad: sin legitimidad, acompañamiento sostenido y poder real, la promesa democrática se convierte en ruina.

Y cuando el mundo reacciona, ya suele ser demasiado tarde.


Compartir en

Te Puede Interesar