La tranquilidad de la tarde dominical en el exclusivo sector de Bochalema, al sur de Cali, se vio abruptamente interrumpida por una ráfaga de disparos que sembró el pánico entre los habitantes de la zona. Eran aproximadamente las 4:30 p.m. cuando sicarios abordaron al subintendente de la Policía, Eduardo Sierra Novoa, y lo atacaron a sangre fría, dejándolo tendido en el pavimento tras recibir al menos seis impactos de bala.
El crimen
De acuerdo con testigos, el uniformado se desplazaba por el sector cuando fue interceptado por dos individuos armados que, sin mediar palabra, le dispararon a quemarropa. Tras el ataque, los agresores se apoderaron de su teléfono celular y huyeron rápidamente de la escena, dejando atrás el cuerpo de Sierra Novoa gravemente herido.
Minutos después, unidades de socorro llegaron al lugar y trasladaron al subintendente a un centro asistencial cercano. A pesar de los esfuerzos médicos, la víctima no resistió la gravedad de las heridas y falleció en el hospital.
Hipótesis
Las autoridades han abierto una investigación para esclarecer los móviles del crimen. Se manejan varias hipótesis: una de ellas sugiere que podría tratarse de un ataque directo contra el uniformado, mientras que otra indica que los delincuentes tenían la intención inicial de robarlo y, en el proceso, decidieron asesinarlo.
La Policía Metropolitana de Cali, junto con la Fiscalía General de la Nación, ha desplegado un equipo de investigadores para analizar las pruebas recolectadas en la escena del crimen, incluyendo registros de cámaras de seguridad, testimonios de testigos y cualquier otro indicio que ayude a identificar y capturar a los responsables.
Alerta
Este homicidio se suma a la preocupante ola de violencia que golpea a la capital del Valle del Cauca, donde los ataques sicariales han ido en aumento en los últimos meses. Las autoridades han manifestado su compromiso con esclarecer el caso y dar con los autores de este hecho que enluta a la institución policial y a la comunidad caleña en general.
Su familia, compañeros y allegados exigen respuestas y claman por justicia, en medio del dolor que deja la pérdida de un uniformado que dedicó su vida al servicio de la comunidad.




