Su vida está en riesgo

Paula Beltrán lleva 9 días esperando una cirugía tras ser arrollada por un menor.
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El caso de Paula Beltrán Córdoba, una joven de 18 años estudiante del SENA en Producción Agropecuaria Ecológica, ha desatado indignación en Pitalito y el Huila. Tras ser víctima de un accidente de tránsito ocurrido el pasado 9 de septiembre en el barrio Divino Niño, hoy enfrenta un viacrucis médico y administrativo que pone en evidencia las falencias del sistema de salud y la falta de reacción de las autoridades.

Un accidente

Según testigos, Paula fue arrollada por una motocicleta conducida por un menor de edad que adelantó de manera imprudente. El impacto le ocasionó fracturas severas en el rostro, incluyendo el tabique nasal y los pómulos. El especialista que la evaluó determinó que requiere cirugía urgente, pero hasta ahora su condición continúa sin solución quirúrgica.

El hecho, además de la imprudencia vial, expone la falta de control frente a menores que conducen motocicletas sin documentos ni responsabilidad civil, una práctica común que deja víctimas desprotegidas y familias sometidas a largos procesos legales y médicos.

El laberinto

Paula fue trasladada en ambulancia al hospital departamental San Antonio de Pitalito, donde recibió la atención inicial. Sin embargo, al no contar con Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (SOAT), el caso quedó a cargo del ADRES y no de su EPS, Sánitas.

Esta circunstancia generó un limbo burocrático: mientras en Pitalito aseguran que la joven debe ser remitida al Hospital Universitario de Neiva, la remisión no se concreta. En consecuencia, Beltrán lleva más de nueve días esperando una cirugía esencial, tratada únicamente con medicamentos para el dolor como tramadol y acetaminofén.

Injustificada

La madre de la paciente, Yeri Córdoba, denuncia que la demora puede dejar secuelas irreversibles en el rostro de su hija. “No se trata solo de la salud física, también está en juego la vida emocional y el futuro de una joven que estudia, trabaja y sueña”, reclamó entre lágrimas.

La familia ha radicado quejas ante la Secretaría de Salud y la Superintendencia, pero ninguna entidad ha dado una respuesta concreta. Mientras tanto, la estudiante sigue hospitalizada sin recibir el procedimiento que los médicos han calificado como urgente.

Sistema fallido

Este caso refleja un problema estructural del sistema de salud colombiano: pacientes atrapados entre EPS, hospitales y el ADRES, sin una ruta clara de atención cuando los accidentes de tránsito involucran a conductores irresponsables sin SOAT.

La negligencia administrativa y la falta de coordinación entre entidades están prolongando el sufrimiento de Paula y su familia, mientras la motocicleta que la arrolló y la imprudencia del menor parecen quedar en un segundo plano.

Las autoridades locales y departamentales deben asumir con urgencia este caso como símbolo de una realidad que se repite: la vida de los pacientes se convierte en moneda de cambio en trámites interminables, mientras el dolor y la desesperación se acumulan en los hospitales.


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