Al parecer integrantes del equipo de Johana Aranda, invitaron a esta iniciativa.
El 14 de septiembre, el Néctar Arena de Ibagué fue el escenario de la controvertida Fiesta de la Amistad, organizada por el equipo de la alcaldesa Johana Aranda. La celebración, que se presentó como un evento social, fue criticada por su alto costo para los contribuyentes ibaguereños y por su evidente propósito político. Según diversas fuentes, los contratistas de la Alcaldía de Ibagué estuvieron al frente de la organización, y el evento buscó posicionar al exalcalde Andrés Fabián Hurtado en su campaña para la gobernación del Tolima.
Aunque el acto estuvo disfrazado de una fiesta de amistad y convivencia, se señaló que era una manifestación política encubierta. La estrategia detrás del evento fue utilizar los recursos de la administración municipal para apoyar a Hurtado, quien había sido objeto de controversias y críticas. El evento, que contó con comida, artistas de renombre y bebidas alcohólicas, generó un debate sobre la utilización de fondos públicos para fines políticos.
Una de las pruebas de la naturaleza política del evento se encontró en un chat filtrado de un grupo de WhatsApp denominado «Equipo Johana Aranda». En el mensaje, se invitó a líderes de la Comuna 3 a asistir al evento, destacando la oferta de alimentos y entretenimiento gratuito, pero omitiendo el nombre de Hurtado. Esta falta de transparencia y los errores de ortografía en el mensaje suscitaron más dudas sobre la verdadera intención del evento. Los costos de la fiesta, que incluyeron la renta del escenario propiedad del contratista Henry Escobar, fueron cubiertos por los contratistas de la Alcaldía de Ibagué.
Además, la Alcaldía de Ibagué, bajo la dirección de Aranda, se enfrentó a una serie de críticas debido al volumen de contratos y la burocracia existente. Con más de dos mil contratos por prestación de servicios que superan los 180 mil millones de pesos anuales, la administración fue acusada de mantener una maquinaria política costosa y parasitaria. En comparación, los funcionarios de nómina y carrera administrativa sumaron menos de 830 cargos con un costo anual de 65 mil millones de pesos. La fiesta en el Néctar Arena representó una prueba de cómo la maquinaria política oficial se puso al servicio de las campañas y los intereses de los políticos en Ibagué. Mientras tanto, los contribuyentes ibaguereños tuvieron que afrontar los costos de un evento que fue ampliamente criticado por su falta de transparencia y su aparente objetivo de campaña para el exalcalde Hurtado.




