La historiadora y divulgadora cultural Diana Uribe reflexiona sobre el rol de las mujeres en los conflictos armados y en los procesos de paz, destacando cómo, a lo largo de la historia, ellas han sido víctimas directas de la violencia, pero también protagonistas en la construcción de reconciliación y memoria. Su análisis, compartido en entrevista con Semana, invita a reconocer la importancia de incluir la perspectiva femenina en los acuerdos de paz y en la reconstrucción social.
Mujeres como víctimas invisibilizadas
Uribe señala que, en múltiples guerras y conflictos, las mujeres han sido tratadas como “botín de guerra”, sufriendo violencia sexual, desplazamiento y pérdida de sus familias. Estos hechos, aunque recurrentes, han sido históricamente invisibilizados en los relatos oficiales. Reconocer esta realidad es fundamental para comprender la magnitud del daño y garantizar justicia en los procesos de reparación.
Protagonistas en la paz y la memoria
Más allá de ser víctimas, las mujeres han desempeñado un papel crucial en la reconstrucción del tejido social. Han liderado movimientos comunitarios, organizaciones de víctimas y proyectos de reconciliación que buscan sanar las heridas del conflicto. Uribe destaca que su capacidad de resiliencia y liderazgo ha permitido que muchas comunidades encuentren caminos hacia la paz.
En Colombia, ejemplos como las Madres de Soacha y las lideresas rurales muestran cómo las mujeres han transformado el dolor en acción colectiva, exigiendo verdad y justicia.
La necesidad de una perspectiva de género en los acuerdos de paz
Diana Uribe enfatiza que los procesos de paz deben incluir una visión de género, reconociendo las experiencias y aportes de las mujeres. Esto implica garantizar su participación en las mesas de negociación, diseñar políticas de reparación específicas y promover la igualdad en la reconstrucción social.
La inclusión de las mujeres no solo es un acto de justicia, sino también una estrategia para lograr una paz duradera y sostenible.




