Solo dos tipos de placas solares generan verdadero ahorro en el hogar

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El auge de la energía solar ha llevado a miles de familias a interesarse por instalar paneles en sus viviendas con la expectativa de reducir significativamente sus facturas de electricidad. Sin embargo, expertos advierten que no todas las modalidades de autoconsumo resultan realmente rentables y que solo dos tipos ofrecen un ahorro consistente a largo plazo.

Los sistemas de autoconsumo con excedentes y compensación simplificada, así como los de autoconsumo con excedentes que permiten la venta de energía, son los únicos que garantizan una amortización rápida de la inversión. En estos modelos, la electricidad sobrante se vierte a la red, lo que permite descontar parte de la factura o, en el caso de instalaciones más grandes, incluso vender la energía no utilizada.

En cambio, las instalaciones aisladas o las que funcionan con vertido cero —donde la energía excedente no puede aprovecharse— suelen tener una rentabilidad limitada, ya que dependen de baterías costosas o desaprovechan parte de la producción solar.

La rentabilidad de una instalación depende también de factores clave como la ubicación geográfica y las horas de sol disponibles, el costo de la tarifa eléctrica, los incentivos fiscales o municipales y los contratos ofrecidos por las comercializadoras de energía. En zonas con alta radiación solar, tarifas elevadas y ayudas locales, la inversión puede recuperarse en pocos años, mientras que en áreas menos favorables el ahorro puede ser mínimo.

La recomendación para quienes evalúan la instalación de placas solares es estudiar cuidadosamente las condiciones de su región y optar por los sistemas que permitan aprovechar los excedentes, ya que son los que verdaderamente compensan a nivel económico.


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