La creciente preocupación de los residentes del barrio Madrigal ha llegado a oídos de las autoridades tras varios reportes ciudadanos que alertan sobre comportamientos amenazantes protagonizados, presuntamente, por migrantes de origen venezolano. El panorama se ha tornado tenso en esta zona de la ciudad, donde los vecinos reclaman una mayor presencia institucional para prevenir incidentes que alteren la seguridad y la convivencia.
Álvaro Munera, habitante del sector y vocero de la comunidad, ha expresado su inquietud al denunciar que “la situación se ha vuelto una pesadilla”. Según afirma, el flujo constante de migrantes provenientes de la frontera con Ecuador no solo ha afectado la tranquilidad habitual del barrio, sino que ha derivado en episodios preocupantes como la exposición de menores a la mendicidad y presuntos casos de atracos a ciudadanos en vía pública.
La comunidad ha solicitado con urgencia patrullajes más frecuentes, vigilancia estratégica y mayor articulación entre la Policía Nacional y las entidades encargadas de la atención a población migrante. Si bien los residentes reconocen la complejidad de la crisis humanitaria, insisten en que es necesario tomar medidas que prioricen el orden y la seguridad local.
“La intención no es rechazar a nadie, pero la realidad es que muchos de nosotros vivimos con miedo. Ya no podemos caminar tranquilos por las noches, y eso no es justo”, enfatizó Munera.



