En el patio 18-A del centro penitenciario COJAM de Jamundí se ha desatado una protesta sin precedentes: prisioneros han iniciado una huelga de hambre exigiendo que se garantice el derecho humano a la vida y a la atención médica adecuada para una compañera que padece cáncer de estómago en estado terminal. La enfermedad ha avanzado, haciendo metástasis en el páncreas, el hígado y otros órganos vitales.
Según denuncias, la prisionera se encuentra en condiciones deplorables. La falta de agua potable en la cárcel agrava su situación, pues la detenida vomita cada 15 minutos. Además, se reporta la ausencia de cuidados médicos y de enfermería en la celda, lo que impide que se le administren los medicamentos necesarios para aliviar su dolor, como la hidromorfona, controlada por las EPS.
La denunciante hace un llamado urgente a los medios de comunicación y a las autoridades para visibilizar esta grave situación y brindar a la mujer la atención médica y humanitaria que requiere. Este caso ha encendido las alarmas entre organizaciones de derechos humanos, quienes exigen una inmediata intervención para garantizar condiciones dignas dentro de el sistema penitenciario.




