Sin justicia: Policía de Tránsito destruyó dos familias y sigue libre en el Meta

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Ya se cumplió un año desde aquel 29 de enero de 2024 cuando ocurrió un terrible siniestro de tránsito en la vereda Buenavista, en el que un conductor protagonizó un siniestro al impactar establecimientos comerciales en los que se encontraba Alejandra Quevedo junto a su abuela María Adela Romero y  José Romero, al igual que María Natividad Espinosa, quien estaba en compañía de su esposo Luis Gómez.

Víctimas

María Adela y María Natividad, fallecieron en el sitio a raíz del brutal impacto del vehículo, mientras que Alejandra, Luis y José, por esas cosas del destino, lograron escapar de la muerte y tener una nueva oportunidad de vida, aun cuando el impacto parecía haber sido fulminante para cualquiera que lo hubiese sufrido.

En cámaras de seguridad de los establecimientos del sitio, quedó gravado el brutal siniestro. Una vez el vehículo impacta, las víctimas quedaron tendidas en el lugar, y quienes sobrevivieron, no logran recordar nada de lo que ocurrió luego del choque que, aunque los dejó con vida, les arrebato a los seres que más amaban.

El responsable

El vehículo involucrado en el hecho, de placa EIR917, marca Kia, era conducido por Juan Arley Romero Barbosa, en ese momento subintendente activo de la Policía, a quien se le impartió una multa con fecha del 30 de enero 2024 a las 02:01 a.m. donde se reflejaba la infracción por conducir bajo los efectos del alcohol, “la cual al día siguiente fue dada de baja del sistema y no fue usada de manera relevante como prueba fundamental en el caso”, señaló Alejandra en diálogo con este medio.

La joven relató que, luego de más de 24 horas le realizaron otra prueba de alcoholemia a Romero, “ya después de este tiempo salió negativa. Varios testigos quienes se encontraban en el lugar al momento de los hechos, dicen haber visto botellas de cerveza dentro del vehículo; el señor siempre mantuvo una actitud sarcástica ante la situación, indignando a toda la comunidad”, señaló.

Pese a la presencia de la Policía de Tránsito en el lugar, esa noche le fueron practicadas varias pruebas de alcoholemia a Juan, quien no habría soplado correctamente y no permitió que ahí, en el sitio, se evidenciara si estaba bajo los efectos del alcohol.

Sin justicia

Alejandra relató que, Romero argumentó sufrir ataques de epilepsia y esta habría sido lo que desencadenó el siniestro. Sin embargo, los familiares no dejan de cuestionarse cómo fue posible que sabiendo que podía sufrir un episodio de esos en cualquier momento, se decidió a manejar.

Lo más indignante para los afectados, es que a pesar de que Romero habría sido cobijado con medida de prisión domiciliaria, ha sido visto en varias ocasiones en la calle, no los ha indemnizado de ninguna forma y cuando lo han enfrentado, aseguran que solo se les ríe en la cara y no parece tener un mínimo de arrepentimiento.


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