Willian Albeiro Garcés nació en Bolívar, Cauca, un pequeño municipio donde desde muy joven tuvo que enfrentarse a la dureza de la vida. Con una discapacidad que limitaba sus oportunidades y el rechazo de muchas personas de su comunidad, su infancia y adolescencia estuvieron marcadas por la adversidad. Sin embargo, su espíritu resiliente y su amor por el conocimiento lo impulsaron a seguir adelante.
Desde niño, soñaba con estudiar y alcanzar una mejor calidad vida. Para sobrevivir, vendía dulces en la entrada del hospital de Bolívar, y cada moneda que ganaba significaba un día más de lucha. Pero su verdadera pasión estaba en los libros. Cualquier texto que llegaba a sus manos lo devoraba con ansias de aprender. Sus conocidos recuerdan cómo, en los ratos libres, se sentaba en una esquina del hospital a leer, escapando de su dura realidad a través de las palabras.
Más allá de la venta de dulces, su sustento dependía de la caridad de personas de buen corazón. Trabajadores del hospital y otros habitantes del pueblo, conmovidos por su historia, le brindaban apoyo con comida y gestos solidarios que lo ayudaban a seguir adelante.
Hace trece años, Willian tomó una decisión que cambiaría su destino. Con una maleta repleta de sueños, dos mudas de ropa y un par de zapatos, emprendió el viaje a Popayán, decidido a cumplir su mayor anhelo: estudiar y graduarse de la universidad. No tenía dinero ni un lugar donde quedarse, pero sí una voluntad inquebrantable.
En Popayán, tuvo que enfrentar nuevos desafíos y momentos de desesperanza, pero nunca dejó de luchar. Con esfuerzo y dedicación, logró ingresar a la Universidad del Cauca, donde años después se graduó como filósofo. Hoy, Willian Albeiro Garcés es un símbolo de superación. Su historia demuestra que, con perseverancia y pasión por el conocimiento, es posible vencer cualquier obstáculo y alcanzar los sueños, por más lejanos que parezcan.
Foto 1
William Albeiro Garcés, estudiante de Unicauca.
