En la tarde de este lunes, los restos del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay llegaron al Capitolio Nacional para recibir honores póstumos. El político, una de las figuras más visibles del Centro Democrático, falleció tras un atentado durante un acto de campaña en el barrio Modelia, en Bogotá.
El féretro partió desde la Fundación Santa Fe bajo un estricto dispositivo de seguridad, hizo una breve parada en la Funeraria Gaviria y, finalmente, llegó al Salón Elíptico sobre las 9:00 p. m. Allí fue instalada la cámara ardiente, punto central de tres jornadas de homenajes organizadas por el Senado y la Cámara de Representantes.
La ceremonia, inicialmente reservada para familiares, allegados y congresistas, contó con la presencia de su esposa, María Claudia Tarazona, y sus hijas. En un ambiente de profundo respeto y silencio, acompañaron el ingreso del féretro por los pasillos del Capitolio hasta su ubicación final.
En medio del dolor, Tarazona envió un mensaje de unidad al país: “Rechazo cualquier acto de violencia o venganza por la muerte de Miguel. Él soñaba con una Colombia en paz y unida”. También agradeció al personal médico que atendió a su esposo, en especial al neurocirujano Fernando Hakim.
A partir de este martes, el Congreso abrirá sus puertas al público para que líderes políticos, ciudadanos y simpatizantes puedan despedirse y rendir homenaje a Uribe Turbay, a quien muchos recuerdan como un defensor del diálogo y la reconciliación nacional.
