Para muchos dueños de gatos, no es raro encontrarse con un pequeño regalo macabro en forma de un ratón o un ave muerta dejado por su peludo amigo. Aunque han pasado milenios desde que los gatos se convirtieron en compañeros humanos, su instinto cazador sigue intacto, manifestándose a través de este peculiar hábito. Los felinos, por naturaleza, son cazadores expertos, y esta conducta es una prueba viva de ello.
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A pesar de que los gatos caseros no necesitan cazar para alimentarse, no pueden evitar la tentación de perseguir y capturar presas. Algunos incluso llevan a casa animales muertos, e incluso vivos, como muestra de su destreza y para consumirlos después. La Dra. Mia Cobb, veterinaria del Centro de Ciencias del Bienestar Animal de la Universidad de Melbourne, Australia, explicó este comportamiento en un artículo para The Conversation.
Según la Dra. Cobb, este hábito se aprende de las madres desde una edad temprana. Las crías son iniciadas en la caza con presas muertas, antes de pasar a presas vivas para que jueguen con ellas hasta su muerte o se aburran. Sin embargo, este comportamiento es más común en gatos callejeros que en los domésticos, quienes ven a sus dueños como aprendices.
Por tanto, cuando un gato trae un animal muerto a su dueño, puede ser una forma de enseñarle técnicas de caza o simplemente de compartir su recompensa. No obstante, no siempre son los gatos los responsables de la muerte de la fauna silvestre; a veces, encuentran presas ya fallecidas y las llevan a casa. Esto podría interpretarse como una señal de que los gatos consideran a sus dueños como parte de su familia,
