Siete meses de abandono vial

Habitantes denuncian negligencia de las autoridades locales por una obra inconclusa.
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La paciencia se agotó en el barrio Ventilador de Neiva. Han pasado siete meses desde que finalizaron las obras de cambio de alcantarillado y, en lugar de recibir una vía renovada, los vecinos quedaron con un enorme hueco sin reparar que se ha convertido en una trampa para peatones y vehículos. La falta de intervención ha generado no solo molestias, sino también accidentes.

“Caí en ese hueco y me lesioné la pierna; nadie responde”, denunció Eduardo Perdomo, habitante del sector, quien sufrió una caída cuando intentaba cruzar la calle de noche. Según los residentes, el hueco no cuenta con señalización adecuada ni medidas preventivas, y durante las lluvias se llena de agua, aumentando el peligro.

Una vía que parece olvido
La carrera 16, una de las principales del barrio, sigue sin pavimentar. El polvo en época seca y el barro en temporada de lluvias hacen casi imposible la movilidad. Los motociclistas y conductores deben maniobrar entre piedras, huecos y montones de tierra, mientras los peatones caminan por los bordes tratando de no caer.

“Nos prometieron que el arreglo sería rápido, pero el tiempo pasa y nada. Aquí nadie da la cara”, comenta indignada María del Carmen López, líder comunitaria que asegura haber enviado múltiples oficios a la Alcaldía sin obtener respuesta.


A la problemática vial se suma un lote lleno de escombros y desechos, ubicado a pocos metros de las viviendas. Allí se acumulan residuos, animales muertos y aguas estancadas, generando un foco de contaminación y malos olores que afecta directamente la salud de los vecinos.

Los habitantes temen la propagación de enfermedades, especialmente por el aumento de zancudos en la zona. “No solo sufrimos por el hueco, ahora también respiramos podredumbre”, agrega con frustración otro residente.

Silencio institucional
Hasta el momento, ni la Secretaría de Infraestructura ni la empresa contratista han emitido un pronunciamiento oficial sobre los retrasos. El panorama deja en evidencia una preocupante falta de planeación y control en la ejecución de obras públicas, que termina afectando la calidad de vida de la comunidad.

El barrio Ventilador, que alguna vez fue símbolo de progreso, hoy enfrenta el abandono y la indiferencia estatal. Los vecinos exigen una solución inmediata antes de que ocurra una tragedia mayor. Mientras tanto, el hueco sigue ahí: profundo, peligroso y convertido en el reflejo más claro de la ineficiencia institucional que golpea las calles de Neiva.


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