SIBO, SIFO e IMOM: trastornos que afectan al intestino delgado
El intestino delgado desempeña un papel crucial en la absorción de nutrientes y en la salud digestiva general. Sin embargo, su equilibrio puede verse alterado por ciertas condiciones poco conocidas pero cada vez más diagnosticadas: SIBO, SIFO e IMOM. Estos trastornos del intestino delgado pueden provocar una serie de síntomas digestivos molestos y persistentes, afectando significativamente la calidad de vida.
¿Qué es el SIBO?
El SIBO (Small Intestinal Bacterial Overgrowth) es un sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado. En lugar de mantenerse en equilibrio, las bacterias proliferan en esta zona, generando gases, distensión abdominal, diarrea o estreñimiento. También puede provocar deficiencias nutricionales, ya que las bacterias interfieren con la absorción de nutrientes.
Las causas más frecuentes incluyen el uso prolongado de antibióticos, enfermedades autoinmunes, diabetes o alteraciones en la motilidad intestinal. El diagnóstico más habitual es la prueba de aliento con lactulosa o glucosa, y su tratamiento se basa en antibióticos como la rifaximina y dietas específicas, como la baja en FODMAPs.
SIFO: cuando el problema son los hongos
El SIFO (Small Intestinal Fungal Overgrowth) es similar al SIBO, pero en este caso, el desequilibrio está causado por un exceso de hongos como la Cándida. Esta afección puede presentarse con síntomas similares al SIBO, pero también se manifiesta con fatiga, irritabilidad y niebla mental.
El SIFO suele estar relacionado con el uso crónico de antibióticos o corticoides, y su diagnóstico requiere pruebas más invasivas, como una endoscopia con aspirado intestinal. El tratamiento incluye antifúngicos como la nistatina o el fluconazol, además de cambios en la alimentación y apoyo al sistema inmunológico.
IMOM: la migración de bacterias orales
El IMOM (Intestino Delgado con Microbiota Oral Migrada) es una condición en la que bacterias propias de la boca, como Streptococcus o Rothia, colonizan el intestino delgado. Aunque menos conocido, el IMOM también causa inflamación, gases y dolor abdominal.
Esta migración puede deberse a reflujo gástrico, disbiosis bucal o mal funcionamiento de la válvula esofágica. Para detectarlo, se usan pruebas avanzadas de secuenciación genética de microbiota. El tratamiento incluye probióticos específicos, cuidado bucal y alimentación antiinflamatoria.
Un intestino en equilibrio, clave para la salud
Comprender los trastornos del intestino delgado es clave para un diagnóstico correcto y un tratamiento efectivo. Si experimenta hinchazón frecuente, dolor abdominal o cambios digestivos inexplicables, es importante consultar con un especialista y considerar estas condiciones como posibles causas.
