La superestrella colombiana Shakira dejó una huella económica significativa en Quito tras ofrecer tres conciertos los días 8, 9 y 11 de noviembre, lo que atrajo a más de 105.000 asistentes y superó las expectativas de la capital ecuatoriana.
Inicialmente, las autoridades municipales habían proyectado un impacto económico de entre 40 y 50 millones de dólares, pero el resultado final fue aún más alto: 55,5 millones de dólares, según informó el alcalde Pabel Muñoz.
El flujo económico se concentró en varios sectores clave: la ocupación hotelera subió de un 53 % a aproximadamente un 90 %, generando ingresos superiores a 4,2 millones de dólares sólo en alojamiento. Restaurantes, bares y la gastronomía en general también se beneficiaron, con ventas estimadas en 7,8 millones de dólares durante los días de los conciertos.
Además, el transporte registró un auge: se reportaron 32.379 viajes adicionales en el Metro de Quito, especialmente en las estaciones más cercanas al estadio Olímpico Atahualpa. Los asistentes no solo consumieron dentro de la ciudad, sino que también impulsaron el comercio local, ferias, tiendas pequeñas y servicios, lo que dinamizó barrios enteros.
Desde el punto de vista de proyección de marca, el evento posicionó a Quito de forma global: se generaron más de 1.000 notas en medios, con un valor mediático estimado en 5,45 millones de dólares.El municipio destacó que cada dólar invertido para el evento reportó un retorno multiplicado en medios y visibilidad.
El alcalde Muñoz celebró el concierto como “un movimiento económico absolutamente positivo para la ciudad y el país”, resaltando la coordinación entre el sector público y privado para que los shows se desarrollaran sin incidentes.



