La Asamblea Departamental del Huila inició su primera sesión ordinaria descentralizada en el municipio de Garzón, un encuentro que, más allá de los discursos protocolarios, evidenció tensiones políticas y cuestionamientos sobre la eficacia de estas jornadas regionales. Bajo la dirección del presidente de la corporación, Sergio Trujillo, la plenaria se desarrolló en el auditorio de Coocentral, con la presencia del secretario de Agricultura, Óscar Trujillo, y el gerente de la cooperativa, Mauricio Rivera, quienes expusieron avances y retos del sector cafetero.
Aunque la jornada fue presentada como un espacio de diálogo con los caficultores, varias voces criticaron que la Asamblea utilice la descentralización como una estrategia de visibilidad más que como un ejercicio real de gestión. La agenda, centrada en la caficultura, buscó proyectar una imagen de cercanía institucional, pero los productores reclamaron acciones concretas y menos retórica. “Escuchamos muchas buenas intenciones, pero necesitamos resultados en precios, infraestructura y asistencia técnica”, expresó uno de los asistentes.
El presidente Sergio Trujillo defendió la iniciativa, señalando que legislar desde las regiones es una obligación con el territorio y no una estrategia política. “La Asamblea está donde está la gente. Nuestro compromiso es conocer las necesidades directamente y construir soluciones con los ciudadanos”, afirmó.
Sin embargo, el tono político de la jornada no pasó desapercibido. Algunos sectores interpretaron la presencia masiva de diputados y funcionarios como un movimiento previo al cierre del año legislativo y, posiblemente, antesala de futuras aspiraciones electorales. En ese contexto, Garzón se convirtió en el escenario perfecto para posicionar liderazgos, enviar mensajes políticos y medir fuerzas dentro de la corporación.
Descentralización
La Asamblea anunció que las próximas sesiones se realizarán en diferentes municipios del Huila, con temáticas específicas por subregión. No obstante, líderes locales advierten que si estas visitas no se traducen en acciones tangibles, podrían terminar siendo meros actos simbólicos. “Venir a Garzón a hablar de café sin compromisos firmes en inversión es repetir la historia”, señaló un dirigente gremial.
El cierre de la sesión dejó claro que el propósito de la Asamblea es recorrer el territorio y articular proyectos con la comunidad, pero también que la ciudadanía exige hechos y no discursos. La política regional, en medio del aroma del café, volvió a demostrar que las promesas solo cobran valor cuando se convierten en decisiones concretas.




