Semana Internacional de las Personas Sordas: más allá de oír, se trata de comprender con el corazón

La Semana Internacional de las Personas Sordas, que en 2025 se celebra del 22 al 28 de septiembre, invita a reconocer los derechos, la cultura y la identidad de la comunidad sorda, recordando que la comunicación va más allá del sonido. Esta conmemoración, que incluye el 23 de septiembre — Día Internacional de las Lenguas de Señas, busca derribar barreras, promover la inclusión y reafirmar que la lengua de señas es un derecho humano fundamental.
Semana Internacional de las Personas Sordas
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En cada gesto de las manos, en cada mirada y en cada silencio lleno de significado, la comunidad sorda nos recuerda que la comunicación va más allá del sonido. Esta última semana de septiembre el mundo celebra la Semana Internacional de las Personas Sordas, una fecha que invita a reconocer sus derechos, su cultura y, sobre todo, su manera única de enseñarnos a escuchar con el corazón.

El objetivo de esta conmemoración es claro: derribar barreras de comunicación y garantizar que las personas sordas tengan las mismas oportunidades en la educación, el trabajo y la vida social. Pero también es un llamado a la empatía y a la acción: aprender algunas señas, mirar a los ojos cuando hablamos, apoyar la presencia de intérpretes y, en general, construir entornos más accesibles.

Durante esta semana, en muchos países se realizan encuentros culturales, foros y actividades que refuerzan un mensaje universal: la lengua de señas es un derecho humano y una expresión viva de identidad y orgullo. La ONU lo reafirma cada 23 de septiembre con el Día Internacional de las Lenguas de Señas, recordándonos que la diversidad también se expresa con las manos.


A quienes viven y sienten el mundo desde otra forma de escuchar: esta semana es un homenaje a su fortaleza, a su identidad y a la riqueza que le entregan a la sociedad. Ustedes nos muestran que la verdadera voz no siempre se mide en volumen, sino en la profundidad con la que se comunica el alma.

Porque la inclusión se construye con las manos, con la voz y, sobre todo, con el corazón.


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