Desde hace seis años, la caseta comunal del barrio Kenedy se encuentra ocupada por una persona que, según denuncian los residentes, se ha negado a desalojar el inmueble pese a los reiterados llamados de la comunidad y de la Junta de Acción Comunal (JAC).
La situación ha generado una profunda inconformidad entre los habitantes, quienes ven afectado el uso de un espacio público destinado a reuniones, actividades sociales y procesos comunitarios.
La presidenta de la JAC, Concepción Cuervo, indicó que se han adelantado múltiples gestiones ante la Administración municipal y la Secretaría de Gobierno, buscando que se restituya el bien comunal. “Este lugar fue construido con el esfuerzo de todos, y hoy no podemos utilizarlo. Esperamos que las autoridades tomen cartas en el asunto y que el desalojo se realice de manera legal y pacífica”, afirmó Cuervo.
De acuerdo con la información preliminar, el proceso de desalojo podría concretarse en los próximos días, una vez se cumplan los trámites administrativos y se garantice el acompañamiento de la fuerza pública. Las autoridades locales han reiterado su compromiso con la defensa de los bienes comunitarios, aunque la comunidad insiste en que los procedimientos han sido lentos y que la falta de control ha prolongado una situación que afecta la convivencia barrial.
Deterioro vial y riesgos
A la invasión de la caseta se suma otro problema que preocupa a los vecinos: el deterioro de las vías del barrio. El constante tránsito de camiones pesados que se dirigen hacia la planta de agua Kenedy ha provocado hundimientos y daños en la carpeta asfáltica, generando dificultades de movilidad y riesgos para peatones y motociclistas.
“Cada día el pavimento se hunde más, y los vehículos pesados no tienen restricción de paso. Necesitamos que la Alcaldía y autoridades intervengan antes de que ocurra un accidente”, advirtió uno de los residentes.
Llamado urgente
La comunidad de Kenedy solicita la presencia institucional para resolver ambos problemas: la recuperación del bien comunal y la reparación de la vía principal. Mientras tanto, los líderes barriales insisten en que el abandono administrativo ha convertido al sector en un punto crítico para la seguridad y la organización social.

															


