El concejal Cristian Bautista, quien ha defendido y acompañado la aprobación de la tasa de seguridad desde el Concejo Municipal, destacó esta semana la entrega de 15 motocicletas nuevas a la Policía Nacional, destinadas a reforzar la reacción y vigilancia en distintos sectores de la ciudad, especialmente en la Comuna 8, zona a la que el cabildante considera prioritaria por sus índices de criminalidad.
“Gracias a los recursos de la tasa de seguridad que aprobamos, hoy entregamos estas motos que fortalecerán la protección de nuestros barrios”, afirmó Bautista en su intervención pública, visiblemente satisfecho con el resultado.
Sin embargo, detrás de la fotografía oficial y los aplausos, hay voces que cuestionan la efectividad real de estas inversiones. Algunos líderes comunitarios sostienen que más vehículos no siempre significan más seguridad, y que los problemas estructurales del delito requieren estrategias sostenidas y preventivas, no solo equipamiento.
La tasa de seguridad
La tasa de seguridad, implementada durante la actual administración municipal, ha sido blanco de múltiples debates. Si bien su objetivo es financiar programas, tecnología y herramientas para la Fuerza Pública, varios concejales opositores han señalado falta de transparencia en la ejecución de los recursos y una centralización de la inversión en sectores específicos, mientras otras comunas siguen con escasa presencia policial.
Bautista, por su parte, defiende la medida argumentando que “la seguridad se construye con hechos y no con discursos”. Sin embargo, para algunos analistas políticos, su posición también busca capitalizar la narrativa de gestión en un momento donde el desgaste institucional y la percepción de inseguridad siguen en aumento.
Estrategia
La entrega de motocicletas, aunque positiva en términos operativos, no resuelve los problemas de fondo: la falta de pie de fuerza, la escasa articulación interinstitucional y el bajo índice de denuncias formales en los barrios de mayor vulnerabilidad. En ese contexto, el anuncio termina siendo más simbólico que transformador.
En la Comuna 8, donde Bautista tiene su base electoral, la comunidad agradece el apoyo, pero reclama resultados tangibles. “Las motos ayudan, pero necesitamos más presencia, más patrullajes y oportunidades para los jóvenes”, expresó un líder barrial.
El gesto político de Bautista puede interpretarse como un intento por mostrar resultados en medio de un Concejo cada vez más dividido. Lo cierto es que la seguridad sigue siendo la bandera más visible y más polémica del debate público neivano.
Y aunque las 15 motos ya están rodando, el verdadero reto será lograr que esas ruedas avancen hacia una política integral, donde la seguridad no dependa del momento, ni de la foto, sino de una planificación sostenida y efectiva para toda la ciudad.