El pasado 7 de marzo, guerrilleros de una disidencia de las FARC secuestraron a 29 miembros de las Fuerzas Armadas en el departamento del Cauca, ubicado en el suroeste de Colombia. El incidente ocurrió durante una operación militar en la que los soldados buscaban recuperar un territorio clave para la producción y el tráfico de cocaína. Las autoridades confirmaron que los secuestradores están vinculados a una de las disidencias que ha mantenido su postura de rechazo al acuerdo de paz firmado en 2016, lo que ha incrementado la violencia en la región.
Este secuestro se produce en un contexto de creciente inseguridad en el Cauca, donde diversos grupos armados ilegales disputan el control de áreas estratégicas. Las Fuerzas Militares colombianas han intensificado sus operaciones para recuperar el control del territorio, mientras que los familiares de los secuestrados esperan noticias sobre su liberación. Además, organismos internacionales y defensores de los derechos humanos han expresado su preocupación por el impacto de este tipo de actos sobre la población civil, especialmente en una zona tan vulnerable.
