Secuestrador se iba a volar

Wilyi Urriago Atehortúa, condenado por el secuestro y asesinato de un ganadero intentó fugarse de prisión.
Wilyi Urriago, judicializado
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El huilense que responde al nombre de Wilyi Urriago Atehortúa, protagonizó un intento de fuga en las instalaciones de la cárcel La Picota en Bogotá, donde pugna una pena por los delitos de homicidio agravado y secuestro extorsivo agravado del también huilense y ganadero, Misad Palma Chávez.

El hecho se presentó en horas de la noche, la guardia penitenciaria del lugar fue advertida del plan de escape y procedieron a adelantar un operativo para neutralizar la huida, os detenidos que se encontraban en la celda 29 del pabellón 28 del ERON e ideó el ingenioso plan junto a otros tres sujetos identificados como Jorge Enrique Torres Moreno, William Stiven Barrera Vega y Juan Esteban Álvarez Gómez.

Hallazgos

En la celda de los mencionados reclusos se encontró una cuerda artesanal de más de veinte metros de longitud, la cual presuntamente sería para bajar por la pared, también habían logrado despegar la rejilla de la celda, cabe mencionar que el mencionado lugar queda localizado en el nivel quinto y sexto nivel del edificio, desde sonde pensaron bajar y escapar.

Procedimiento 

La neutralización de este hecho fue gracias a la información interna que recibieron los uniformados pertenecientes al Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario, los cuales se disponen a comprobar, posterior al descubrimiento de la hazaña los reclusos fueron trasladados a otros centros de reclusión a lo largo del país, donde esperan por la sanción disciplinaria correspondiente a estos hechos.

Secuestro

Atehortúapugna una condena disciplinaria desde la captura que tuvo lugar en 2007, por el delito de secuestro del señor Misad Palma Chávez quien era ganadero, este suceso fue el 13 de agosto de 2005, en este proceso penal fueron claves los testimonios del ‘lustrabotas’ Wilson Restrepo Piedrahita y el ‘albañil’ Carlos Humberto Palma Madrigal cómplices del delito.

Mintió

En medio del proceso indagatorio reconoció ante la familia de la víctima que se hizo pasar por guerrillero y era miembro de un grupo armado presente en la zona, en aquel entonces, todo esto con el objetivo que la familia realizara el pago de la extorsión.


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