
Luis Rubiales, expresidente de la Federación Española de Fútbol, rechazó la aplicación de comisiones por la celebración de la Supercopa de España en Arabia Saudí y señaló que, debido a ello, «se rescató el fútbol español».
El expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales ha negado este lunes haber pagado comisiones a Gerard Piqué o a su empresa Kosmos por el traslado de la Supercopa a Arabia Saudí, así como también haberlas cobrado, y ha añadido que, debido a ese contrato, «se salvó el fútbol».
Rubiales ha manifestado este lunes ante la jueza de Majadahonda que investiga posibles prácticas corruptas en su etapa en la Federación. Se ha señalado que la comisión que ostentó Kosmos por su mediación fue otorgada por los árabes, nunca la Federación, y se incluyó finalmente en el contrato debido a que la entidad que él dirigía no le perjudicaba en ningún sentido.
El expresidente ha recalcado que ese contrato se firma en medio de una pandemia en la que, de no haber obtenido esos ingresos, el fútbol español podría haber fallecido y ha sacado pecho de su gestión, al haber logrado aumentar la facturación de 140 a 400 millones de euros y haber conseguido que España se le asigne el Mundial de 2030.
La Federación no estableció el contacto con Kosmos, sino Piqué, quien contactó a Sela para negociar la comisión del futbolista. Rubiales recordó que el contrato recibió el visto bueno del comité ético y del departamento de Compliance del ente federativo.
Rubiales ha señalado a la jueza que, al llegar a la RFEF, la Supercopa no tenía interés en nadie y, debido al cambio de modelo, ahora genera 40 millones de euros. Durante la modificación del formato de un partido único a cuatro participantes, se recibieron «numerosas llamadas» y se centraron en Catar, China, Rusia o India, al igual que Arabia Saudí.
El primer acuerdo con los árabes se frustró porque rompieron la cláusula de confidencialidad y entonces Piqué medió para retomarlo y la RFEF consiguió 40 millones de euros anuales. «Ese dinero salvó el fútbol porque el fútbol en pandemia hubiera muerto», recalcó.
Rubiales hizo hincapié en que el entonces líder general de la Federación, Andreu Camps, otorgó el visto bueno a participar en la Supercopa fuera de España (antes del traslado a Arabia ya se realizó una prueba en Marruecos), lo cual también se solicitó a la Federación.
En cuanto a las obras en el estadio sevillano de La Cartuja, adjudicadas a la empresa Gruconsa y también en el ámbito de la investigación, Rubiales señaló que la RFEF, como entidad privada, podía contratar a quien deseara, aunque ha indicado que conversaron con la Junta de Andalucía y les solicitaron que aportaran «un poco de dinero» para acondicionar el estadio.
Se aseguró de que lo sometió al comité económico y hizo referencia a un informe técnico del departamento de eventos que indicaba que debía ser Gruconsa quien llevara a cabo las obras debido a que se le había encomendado en 2020 una auditoría técnica sobre las deficiencias del estadio.
Rubiales señaló que si la RFEF hubiera puesto en marcha un concurso, una nueva organización hubiese tenido que llevar a cabo ese informe técnico y todo el trabajo anterior que ya había realizado Gruconsa, aunque ha señalado que el abogado y asesor Tomás González Cueto, también investigado, le recomendó hacer todo «de acuerdo con las leyes de contratación pública para brindarle la máxima transparencia».
Asimismo, señaló que cuando abandonó la RFEF trató de entrar en los negocios de explotación hotelera de su amigo, el exfutbolista Francisco Javier Martín Alcaide, Nene, quien «conoce gran parte de la República Dominicana». «No tengo idea del negocio, él es quien administra», señaló, mientras no hizo caso de conocer si Gruconsa tenía negocios en el país caribeño.
La compañía Dismatec -vinculada a su amigo Nene y que probablemente habría recibido pagos desde Gruconsa-, la vio cuando se formó la sociedad Actividades Nazaríes.

