Durante los últimos meses, varias narcolanchas han sido interceptadas y destruidas por tropas estadounidenses en el mar Caribe, como parte de una operación internacional contra el narcotráfico. Aunque durante mucho tiempo se señaló a Venezuela como el principal punto de partida de estas embarcaciones, recientemente se ha conocido que muchas de ellas también tienen origen en Colombia.
Las lanchas rápidas, cargadas con cocaína, suelen zarpar desde puntos estratégicos en la costa Caribe colombiana, como algunas islas y zonas apartadas del litoral, donde organizaciones criminales coordinan los envíos. Estas redes, que operan con apoyo logístico en distintos países, aprovechan rutas marítimas con bajo control estatal, utilizando semisumergibles y otros métodos para evitar la detección.
Además de los grupos armados tradicionales, hay indicios de que en algunas regiones costeras existe colaboración de actores locales, como pescadores o pequeñas embarcaciones artesanales, que facilitan el movimiento de cargamentos ilegales a cambio de pagos o bajo presión de estas estructuras criminales.
El hallazgo refuerza la complejidad del problema del narcotráfico en la región y demuestra que el Caribe sigue siendo una ruta clave para el envío de droga hacia Centroamérica y Estados Unidos, lo que ha llevado a un aumento en las acciones de interdicción por parte de fuerzas extranjeras.




