Los bosques tropicales del mundo sufrieron en 2024 la devastación más catastrófica de las últimas dos décadas, perdiendo una cifra récord de 6,7 millones de hectáreas de selva tropical primaria, equivalente a que desapareciera «una cancha de fútbol cada tres segundos durante todo un año», según reveló el Laboratorio GLAD de la Universidad de Maryland.
Esta destrucción sin precedentes representa «poco más de 37 veces el área que ocupa Bogotá» (incluyendo zonas urbanas y rurales), configurando un apocalipsis ambiental que coincidió con 2024 siendo «el año más cálido jamás registrado» en la historia climática mundial.
Colombia no escapó a esta tragedia planetaria, registrando un aumento «de cerca de un 50%» en la pérdida de bosques, aunque con una particularidad alarmante: mientras a nivel global los incendios forestales fueron la principal causa, en territorio nacional «la pérdida está relacionada con el conflicto armado».
Esta conexión directa entre violencia y deforestación expone cómo la guerra interna colombiana no solo cobra vidas humanas sino que está aniquilando sistemáticamente ecosistemas fundamentales para la supervivencia planetaria, convirtiendo al país en protagonista involuntario de una crisis ambiental global.
El informe del Laboratorio GLAD confirma que la humanidad está presenciando la destrucción acelerada de los «pulmones verdes» del planeta en un momento crítico donde estos ecosistemas son esenciales para mitigar el cambio climático y preservar la biodiversidad que garantiza la supervivencia de especies, incluida la humana.
