Dicen que después de la tempestad viene la calma, pero durante el fin de semana y tras un aguacero en el norte de Cali, se vivieron graves consecuencias, especialmente por la caída de cuatro árboles y el desgajamiento de ramas de múltiples especies. La situación requirió una intervención exhaustiva, en la cual resultó fundamental el trabajo en equipo entre varios organismos de la Administración Distrital.
Una de las mayores dificultades se vivió en el barrio Santa Mónica (avenida Sexta Bis con calle 25), donde una casa recibió el impacto de un árbol de ficus, sembrado en este sector residencial hace unos 30 años.
El árbol cayó justo encima del techo y todas sus partes obstruyeron la fachada. El trabajo de atención se extendió durante horas, pues además el impacto tumbo dos postes, afectando el tendido eléctrico del sector.



