Raquel Sena de León, una de las víctimas que denunció a la multinacional bananera Chiquita Brands ante Estados Unidos por los crímenes cometidos por los paramilitares, se refirió a la sentencia en Norteamérica que ordenó indemnizar inicialmente a ocho víctimas. Sena de León narró cómo ocurrió el despojo de las tierras a manos de líderes paramilitares como Raúl Hazbún, quienes eran financiados por la multinacional. Debido a que su esposo, Fidel Hernández, se negó a vender «por las buenas» sus predios, fue asesinado.
“El señor Raúl Hazbún quería que le vendiera la finca. Mi esposo decía que no y les decía a los otros parceleros, porque era presidente de la Junta de Acción Comunal, que no vendieran, porque si él vendía, tendría que hacerlo también. Les decía: no vendan a los paramilitares, no vendan”, narró.
Ante esa negativa, Fidel Hernández fue asesinado por el Bloque Bananero para evitar que siguiera siendo un obstáculo en dicho entramado criminal y de despojo.
“Él les dijo que no, que no escucharan a los paramilitares, y lo mataron. Dijeron: ‘Ah no, si él no vende, la viuda vende más rápido’. Se perdió todo, el arroz, la finca, todo, porque sus compañeros también perdieron sus fincas”, detalló Raquel Sena. Ella, quien trabajaba en una de las fincas de Chiquita Brands/Banadex en 2003, contó que, a pesar de la denuncia y de estar en el listado de víctimas reconocidas en Estados Unidos, aún no ha conversado con sus abogados.
