La propuesta del Gobierno Nacional para llevar a cabo una consulta popular sobre algunos puntos de su anterior reforma laboral no logró avanzar en el Senado. En una reñida votación, la plenaria rechazó la iniciativa con 49 votos en contra y 47 a favor, dejando sin efecto la posibilidad de acudir a este mecanismo de participación ciudadana.
El resultado generó un ambiente de fuerte tensión dentro del recinto del Congreso. Las diferencias entre los congresistas escalaron al punto de requerir la intervención de la Policía para evitar enfrentamientos mayores, reflejando el clima de polarización que rodea el debate sobre las reformas sociales.
A pesar de este revés, el Gobierno recibió un impulso inesperado: la reforma laboral, que había sido archivada semanas atrás en la Comisión Séptima, fue revivida tras una votación mayoritaria en la plenaria del Senado. Con 67 votos a favor y solo 3 en contra, se aprobó la apelación que permitirá reanudar su discusión en un nuevo debate legislativo.
Partidos como La U y otros sectores políticos respaldaron esta decisión, argumentando que aún hay espacio para alcanzar acuerdos que permitan construir una reforma laboral viable y consensuada. Los promotores de la iniciativa confían en lograr su aprobación antes de que finalice la actual legislatura, el próximo 20 de junio.
El ministro del Interior, Armando Benedetti, celebró el avance de la reforma e insistió en que se deben establecer acuerdos claros para garantizar su trámite. “Es una oportunidad para defender los derechos laborales y encontrar un camino conjunto”, señaló, al anunciar que el Gobierno radicará un mensaje de insistencia con el fin de acelerar el proceso legislativo.




