Lucero Charry León, oriunda de la capital opita, resultó intoxicada tras ingerir una comida en malas condiciones en la ‘ciudad amurallada’. Lucero Charry León de 52 años, después de varios años de ahorrar parte de su salario mínimo para poder invitar a su familia al que sería el paseo de sus vidas en Cartagena, resultó gravemente afectada por una comida en mal estado.
Merecían el viaje
La mujer tiene dos hijos adolescentes que están cerca de terminar su periodo de bachillerato e ingresarán pronto a la universidad. Refirió que sus hijos eran unos jóvenes muy juiciosos, pese al sector en donde viven que a diario se encuentran la mayoría de estos en malos pasos. “Mis hijos salen del colegio y se vienen derechito para la casa, se sirven el almuerzo y hacen sus tareas hasta que yo llego sobre las 6 y media a hacer la comida y revisar cuadernos”, dijo.
Se la ‘sudaron’
Lucero y su esposo tienen una cacharrería en el centro de Neiva, por lo que trabajan de lunes a domingo para sostener los gastos de su familia. Desde hace algunos años, se había hecho la promesa de ahorrar parte de su sueldo y el de su marido para el anhelado viaje y de esta manera poder conocer el mar junto a su familia.
El viaje
Ellos querían hacer el paseo con todos ‘los juguetes’, trasporte aéreo, hotel de lujo y que la mayoría de las cosas las tuviera incluido el paquete, todo esto con los ahorros de 5 años. Todos estaban entusiasmados, “hasta los muchachos habían dejado dinero de sus onces para lo que se quisieran comprar y tener su propio efectivo” anotó don Henry Bustos, esposo de la mujer.
Cambiaron de menú
Ya llevaban tres días, en el que parecía era el viaje de sus vidas, cuando aburridos de comer pescado entraron a un restaurante popular ubicado en Getsemaní, en Cartagena. La señora señaló que la mayoría pidió pollo, pero ella se antojó de una sobrebarriga. Lucero dice que no notó ningún olor extraño, pues la carne estaba bañada en abundante salsa condimentada con mucho color lo que disimuló el estado de la proteína.
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Síntomas
A las dos horas de haber ingerido el alimento sintió un fuerte dolor estomacal a nivel del abdomen al costado derecho por lo que pensaron que era una posible apendicitis. Después de tolerar unos minutos más el dolor, su familia decide llevarla al centro de salud más cercano en donde la atienden y le diagnostican una intoxicación severa por consumo de alimentos en descomposición. En ese momento la mujer no recuerda más, pues tuvo que ser transportada a UCI para será atendida y hacerle sus respectivos lavados y suministrarle antibióticos para una posible bacteria que pusiera en riesgo su vida.
Ella fue remitida a una clínica de mayor nivel, a las dos semanas los médicos consideraron que la mujer se encontraba fuera de peligro, pero debía tener una estricta alimentación y cuidado por el resto de su vida.