Las ocho personas que viajaban en el hidroavión ruso que se estrelló este sábado en el sur de Turquía fallecieron, agravando el balance humano de las catástrofes naturales que están golpeando al país en las últimas semanas.
La tripulación de la aeronave, que colaboraba para apagar un incendio en la provincia de Kahramanmarash, en el sur del país, estaba formada por cinco rusos y tres turcos, según las autoridades de ambos países.
Balance provisional
Este accidente golpea más a Turquía, país afectado el mes pasado por incendios en el sur con víctimas, y luego esta semana por inundaciones que causaron más de 50 muertos en el norte, según nuevo balance provisional publicado el sábado.
El aparato, un Beriev-200, había sido alquilado a Rusia por la Dirección general turca de Bosques y se estrelló por razones desconocidas cuando acababa de expulsar su carga de agua para apagar un fuego, indicó la cadena pública turca TRT.
«Enviamos este avión para apagar el fuego. Perdimos contacto con él y luego se estrelló«, declaró el gobernador de la provincia de Kahramanmarash, Omer Faruk Coskun, citado por los medios turcos.
