Una inesperada decisión del expresidente estadounidense Donald Trump ha generado una verdadera implosión en el mercado mundial del cobre. La nueva exención arancelaria anunciada por el exmandatario, en medio de su regreso al escenario político, ha desatado la mayor conmoción del año en un sector ya afectado por inestabilidad, tensiones geopolíticas y violentas fluctuaciones de precios.
La medida, que excluye a ciertos países estratégicos del pago de aranceles a la exportación de cobre hacia Estados Unidos, ha reconfigurado de forma abrupta las dinámicas comerciales globales. Los analistas advierten que esta exención ha provocado una sobrerreacción de los mercados, con caídas bruscas en el valor del metal en algunas bolsas y aumentos desmedidos en otras, dependiendo del origen del suministro.
Este giro en la política comercial estadounidense también ha dejado en una posición incierta a productores clave como Chile y Perú, quienes enfrentan la posibilidad de perder competitividad frente a nuevos actores beneficiados por la medida. A esto se suma una creciente presión sobre las empresas mineras y las cadenas logísticas, que deben adaptarse a un entorno marcado por la incertidumbre y la volatilidad.
El cobre, fundamental para sectores como la construcción, la tecnología y la transición energética, es especialmente sensible a cambios regulatorios y decisiones de política exterior. Con esta nueva exención, Trump no solo altera el flujo comercial del metal, sino que vuelve a poner en evidencia el impacto global de sus decisiones en materia económica y comercial.




