Martha Carvajalino habló sobre el respaldo a productores e industriales arroceros.
La Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) encendió los motores del sector arrocero al dar vía libre a un acuerdo que cambia las reglas del juego en el Tolima y en todo el país. Se trata de la fijación de precios mínimos de referencia para la compra de arroz paddy verde, una medida esperada por productores e industriales que ven en este mecanismo una salida para estabilizar la cadena. La decisión busca garantizar ingresos, proteger la producción y asegurar que el arroz continúe siendo un pilar en la soberanía alimentaria de los colombianos.
El documento oficial estableció que los molinos, industrias y compradores deberán cancelar como mínimo los valores fijados, de acuerdo con la región y bajo parámetros de calidad determinados. En Ibagué, la carga de 125 kilos de arroz paddy verde se pagará a $185.000, mientras que en municipios como El Espinal, Saldaña, Lérida, Ambalema, Venadillo y Chicoral, el precio quedó en $183.000. Según la SIC, la medida, aunque limita la libertad en la negociación, está diseñada para generar beneficios colectivos en toda la cadena de valor.
La resolución resalta que la iniciativa fue concertada entre productores e industriales y cuenta con el respaldo del Ministerio de Agricultura, que ve en esta regulación un mecanismo esencial para proteger a miles de campesinos. Al garantizar planes de siembra y reducir riesgos de pérdidas, el acuerdo consolida la estabilidad del arroz, considerado básico en la mesa de los hogares colombianos. La ministra Martha Viviana Carvajalino Villegas destacó que el impacto positivo también llegará al consumidor final, ya que se prevé un mayor dinamismo en la oferta de arroz blanco sin incrementos que afecten el bolsillo ciudadano.
De esta manera, el Gobierno Nacional asegura que la medida no solo fortalece la producción agrícola, sino que también abre un horizonte de confianza para un sector golpeado por la inestabilidad de precios y los costos de producción. Con esta resolución, el arroz tolimense y colombiano queda blindado frente a crisis y se consolida como un producto estratégico de la canasta familiar.




