Un nuevo hecho de violencia sacudió a Puerto Gaitán. En el barrio Trampolín fue
asesinado José Trinidad Ospina Lozano, un mototaxista de 61 años que se dedicaba al
transporte informal en el municipio. Junto a su cuerpo, las autoridades hallaron un
panfleto firmado presuntamente por el grupo Renacer Erpac, en el cual se hacen
graves advertencias y señalamientos contra distintos sectores de la población, entre
ellos mototaxistas, prestamistas y lancheros.
El documento, que circulaba días atrás en redes sociales y había encendido las
alarmas en la comunidad, amenazando a los mototaxistas, acusándolos de colaborar
con la delincuencia común, de participar en el hurto de fincas, en la venta de
estupefacientes y en el comercio ilegal de autopartes de motocicletas, incluso en
complicidad con policías corruptos.
Amenaza
De igual forma, los prestamistas fueron intimidados con un plazo de 48 horas para
abandonar el municipio, señalados de aplicar intereses excesivos a la población más
vulnerable. A los lancheros y transportadores fluviales, por su parte, se les acusó de
facilitar actividades a grupos armados ilegales como la Marquetalia y el ELN.
La ejecución de estas amenazas, ahora materializadas con el asesinato de Ospina, ha
generado pánico en Puerto Gaitán. Habitantes del barrio y familiares de la víctima
manifestaron que el temor crece día a día, pues sienten que la seguridad se deteriora
mientras la presencia de la fuerza pública es insuficiente para contener la intimidación
de estas estructuras criminales.
Líderes comunitarios recordaron que ya habían advertido a las autoridades sobre los
panfletos que circulaban en redes sociales, sin embargo, el hecho de hoy confirmó que
esas intimidaciones no eran simples rumores, sino amenazas reales que ponen en
riesgo a la población.
Llamado
La comunidad exige respuestas inmediatas, investigaciones que conduzcan a
identificar a los responsables y un plan de seguridad que devuelva la tranquilidad al
municipio. La zozobra se ha instalado en Puerto Gaitán, donde muchos temen que la
violencia escale y que más sectores de la economía local se vean golpeados por el
accionar de estos grupos armados.
El asesinato de José Ospina se convierte así en un símbolo del clima de incertidumbre
que enfrenta el municipio y en un llamado urgente a las autoridades para recuperar el
control y garantizar la vida de quienes, como él, solo buscaban el sustento diario en
medio de la adversidad.




