La tensión entre Donald Trump y la congresista Marjorie Taylor Greene escaló este fin de semana luego de que el expresidente retirara su respaldo político y la calificara como “traidora”. La legisladora, antes considerada un bastión del trumpismo en el Capitolio, respondió advirtiendo que los señalamientos del exmandatario podrían desencadenar amenazas reales contra su integridad.
Greene aseguró que el origen del conflicto es su insistencia en que el Departamento de Justicia publique la totalidad de los documentos del caso Epstein. Su postura, compartida con otros cuatro republicanos de la Cámara, apunta a revelar posibles vínculos del fallecido empresario con figuras de alto perfil, incluido Trump.
La congresista, conocida por su papel dentro de MAGA, recordó que también ha marcado distancia en decisiones estratégicas, como su rechazo a un eventual ataque militar contra Irán y sus críticas al manejo sanitario durante el cierre gubernamental. Para Greene, su desacuerdo con esas posiciones no justifica que ahora sea objeto de declaraciones que la ponen en peligro.
