Sargento denunció persecución Karina Ramírez, sargento del Ejército Nacional, quien fue secuestrada el 3 de julio de 2023 junto con sus dos hijos y su mascota por el Ejército de Liberación Nacional (ELN) mientras se desplazaba en Arauca, ha hecho fuertes afirmaciones sobre su experiencia de cautiverio el lunes 17 de junio de 2024. Ramírez afirmó que su captura fue cuidadosamente planeada por el grupo armado ilegal, incluyendo la presencia de infiltrados del Ejército.
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Según su relato, al ser detenida, los miembros del ELN le manifestaron que habían estado esperándola y poseían información detallada sobre su vida personal, incluyendo datos de su vehículo y su rendimiento en ejercicios de entrenamiento. «Los comandantes del ELN fueron claros al decir que mi secuestro fue premeditado. Me indicaron que me habían estado esperando. Desde mi liberación, he sido objeto de una persecución constante», declaró la oficial de 35 años, originaria del departamento del Tolima.
Diálogo
Karina Ramírez, también mencionó haber preguntado quién ordenó su secuestro. Según relató, los guerrilleros del ELN le respondieron que las órdenes provenían del propio Ejército Nacional. «Ellos me dijeron que seguían órdenes y que las tenían que cumplir», destacó la oficial, generando un gran impacto en las redes sociales debido a la gravedad de sus denuncias. Durante el secuestro, Ramírez dijo haber cuestionado por qué fue elegida y quién dio la orden.
La respuesta que recibió fue desconcertante: «Sargento, estamos en un proceso de paz. Las FF. MM. están en caída y necesitan levantar la perspectiva que tiene el pueblo colombiano hacia el Ejército», le dijeron los guerrilleros. Esto aumentó sus dudas sobre la institución para la que trabaja, especialmente cuando mencionó que durante su cautiverio había tres personas encapuchadas que nunca hablaron, lo que insinuaba la posibilidad de infiltrados. Además, uno de los comandantes del ELN le sugirió que saludara a sus compañeros, insinuando que podría haber militares infiltrados colaborando con la guerrilla. «Ellos son militares, sargento, reaccione. Tranquila que ellos son de su mismo uniforme, son personas que trabajan para el Ejército, ¿usted cree que no hay personas infiltradas?», compartió.
Secuelas
«Mis problemas de salud surgieron después del secuestro. Siempre he procurado mantener silencio para proteger a la institución que amo, pero protegerla ha resultado contraproducente», destacó. Además, reveló una conversación con la teniente Natali Buitrago, quien supuestamente menospreció su situación de salud vinculada al secuestro. Ramírez afirmó que Buitrago le habría dicho: «‘Me importa un culo la situación de secuestro que usted vivió.
Aquí le pagan por trabajar, no por asistir a citas médicas’«. Sin embargo, Buitrago negó estos señalamientos, argumentando que durante la llamada mencionada por Ramírez estaba acompañada por su equipo profesional, dispuesto a testificar sobre lo ocurrido. Además de enfrentar estas dificultades, Ramírez denunció haber recibido llamadas intimidantes, presuntamente de funcionarios de la Unidad Nacional de Protección (UNP), quienes le habrían indicado que mantuviera silencio. «Me dicen que son de la UNP y me citan en cafeterías bajo la excusa de medidas de protección», afirmó. A pesar de ser considerada una testigo clave por la Fiscalía, Ramírez rechazó una propuesta de medidas de protección más estrictas, que incluían esconderla, cesar su trabajo y proporcionarle vivienda y comida. «No puedo sostener mi hogar de esa manera», explicó.
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