Santander de Quilichao sin duda alguna es una de las regiones más violentas y sangrientas del norte del Cauca. A diario, las bandas al servicio del sicariato acaban con la vida de una o dos personas. A estos hechos hay sumarle el alto consumo de sustancias psicoactivas como marihuana, inhalación de clorhidrato de cocaína y ahora la famosa droga ‘rosada’ conocida como tusi.
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Es increíble que pasaron cuatro años de la nefasta o desastrosa Administración Municipal de Santander en cabeza de Lucy Amparo Guzmán y este tipo de problemáticas nunca se hayan ‘atacado’. Como indicaron algunos líderes comunales, solo fueron pañitos de agua tibia generando un desborde o incremento de asesinatos en su gran mayoría como consecuencia del microtráfico, otra epidemia que lentamente está acabando con los menores y jóvenes.
“Acá en Santander un niño de 13 o 14 años ya anda armado… ya son intocables, son los que mandan en sectores como el barrio El Porvenir zona conocida como ‘El Hueco’ donde la venta y consumo de droga es inimaginable. Un sicario mata hasta por 50 mil pesos o hasta por dosis de ‘perica’ e inclusive hasta por licor. Para los asesinos matar es algo normal, como dicen ellos, cuando coronan hacen fiesta”, indicó uno de los dirigentes quien pidió reserva de su nombre.
Las cifras de muertos en Santander no mienten, en una sola semana se presentaron cerca de siete crímenes. Los casos más recientes ocurrieron en la carrera 5 con calle 16 donde en un reconocido bar fue ultimado con arma de fuego el joven Sebastián Ramírez Albán de 22 años de edad. Hasta dicho establecimiento llegaron ‘los de la moto’ y sin mediar palabras acabaron con la vida de este ciudadano. Como de costumbre, no se sabe porque lo mataron.
El otro incidente se presentó sobre las ocho de la noche en la vereda Toma Seca distante a 20 minutos del casco urbano de Santander. En dicha zona, fue asesinado Julio Enrique Baldovino Amoró de 25 años de edad. En las investigaciones efectuadas por los entes judiciales se pudo conocer que este joven fue atacado con arma cortopunzante. Los cadáveres fueron ingresados a la morgue donde los forenses se encargaron de realizar las debidas necropsias y poder ser entregados a sus familiares para sus velaciones y honras fúnebres.
