Independiente Santa Fe logró un empate 1-1 en su visita a Deportivo Pasto, en un duelo que parecía inclinarse a favor del equipo local hasta que apareció un viejo conocido: Christian Mafla. El lateral izquierdo, con pasado en el conjunto volcánico, silenció el estadio en los minutos finales con un gol que confirmó la ya conocida “ley del ex” y le dio al cuadro capitalino un punto con sabor a victoria.
El equipo dirigido por Jorge Bava no tuvo su mejor noche en cuanto a funcionamiento colectivo, pero supo reaccionar en el momento justo. A pesar de la presión del rival y de algunas desconexiones en defensa, Santa Fe mostró carácter, y su DT leyó bien los cambios para ajustar el bloque ofensivo en el complemento. La entrada de jugadores frescos y el adelantamiento de líneas fueron clave para el desenlace.
En los primeros 45 minutos, Santa Fe sufrió. Pasto dominó parcialmente las acciones y se fue adelante en el marcador, pero no logró liquidar el compromiso. Bava, desde el banco, mantuvo la calma y reorganizó el esquema. Ya en la segunda parte, Santa Fe tomó más riesgos, ganó metros y generó mayor volumen ofensivo, empujando al rival contra su propio campo.
La estadística mostró un partido parejo en muchos aspectos: Santa Fe tuvo 45% de posesión, remató en 9 ocasiones y 3 de esos disparos fueron al arco. Además, generó 4 tiros de esquina y cometió 13 faltas. El equipo bogotano fue más eficiente en la segunda mitad, aprovechando los espacios que dejó Pasto y sosteniéndose con una línea defensiva más compacta tras el empate.
El momento clave llegó cuando Christian Mafla, con pasado reciente en Deportivo Pasto, se proyectó por la izquierda, recibió un pase filtrado y definió con frialdad frente al portero. No celebró por respeto, pero su rostro lo decía todo: era una reivindicación personal y un golpe emocional para un Pasto que ya acariciaba la victoria. La ley del ex volvió a cumplirse con precisión quirúrgica.
Jorge Bava, en su estilo sobrio, destacó el temple de sus dirigidos tras el pitazo final. Aunque Santa Fe aún no logra encontrar su mejor versión, el equipo muestra señales de madurez emocional y una fuerte conexión con las decisiones del cuerpo técnico. No es el equipo más vistoso, pero sí uno que sabe sufrir y que empieza a sumar en escenarios difíciles.
Con este empate, Santa Fe sigue en la pelea por la clasificación, sumando puntos clave fuera de casa. El aporte de Mafla, la lectura táctica de Bava y la capacidad de resistir cuando las cosas no fluyen, son señales de que el equipo capitalino tiene argumentos para pelear hasta el final. La ley del ex fue el arma inesperada que les permitió volver a Bogotá con algo más que lamentos.
