La tensión en la frontera entre Caquetá y Amazonas alcanzó un nuevo punto crítico cuando un hostigamiento armado sacudió la tranquilidad de la remota población de Araracuara. El ataque, que se registró hacia las 2:30 de la tarde, ha encendido las alarmas en toda la región, confirmando que la seguridad en esta zona limítrofe se encuentra en estado crítico. Al parecer, los enfrentamientos tendrían lugar entre unidades del ELN y disidencias de las Farc.
Cronología de un ataque
Todo comenzó cuando el silencio habitual de la selva fue interrumpido por el estruendo de ráfagas de fusil. Según testimonios de residentes, los disparos parecían provenir de las inmediaciones del emblemático “Balcón del Diablo”, un acantilado turístico que domina el río Caquetá. Desde ese punto, presuntamente, se habría abierto fuego contra un helicóptero que sobrevolaba el área, en una maniobra que aún no ha sido oficialmente confirmada por las autoridades militares.
En cuestión de segundos, la calma dio paso al miedo. Familias enteras buscaron refugio improvisado, mientras comerciantes cerraban apresuradamente sus negocios. Algunos habitantes grabaron videos con sus celulares, en los que se escuchan las detonaciones y se observa el nerviosismo colectivo.
Incertidumbre y temor
Hasta el momento, no hay reportes oficiales sobre víctimas o daños materiales, pero la incertidumbre se ha apoderado de la población. Los habitantes de Araracuara y de la cercana localidad de Puerto Santander temen que este episodio sea solo el inicio de una escalada de violencia. La lejanía geográfica y las dificultades de comunicación en esta zona selvática agravan la sensación de vulnerabilidad.
Líderes comunitarios han manifestado su preocupación por la creciente presencia de grupos armados ilegales y por el riesgo que corren tanto civiles como militares en este estratégico corredor fluvial que conecta el Caquetá con el Amazonas.
Un corredor en disputa
La región de Araracuara, además de su valor turístico, es un punto de interés para diferentes actores ilegales debido a su ubicación estratégica y la dificultad de control por parte del Estado. Su geografía, dominada por la selva y los ríos, la convierte en un escenario propicio para el tránsito clandestino de personas y mercancías.
Llamado urgente
Organizaciones sociales y autoridades locales han solicitado al Gobierno Nacional reforzar la presencia militar y garantizar la protección de las comunidades ribereñas. Mientras tanto, los pobladores esperan con inquietud nuevos comunicados oficiales que aclaren lo sucedido y definan las acciones a seguir. La frontera entre Caquetá y Amazonas arde, y el hostigamiento se convierte en una señal alarmante de que la paz en esta región sigue siendo un objetivo lejano.




