Sandra Ortiz, exconsejera para las regiones, afirmó que hoy su vida y la de sus hijas se encuentra en grave peligro debido a los cuestionamientos en medio de los que se encuentra involucrada por el caso UNGRD.
Ortiz, una figura central en el escándalo de corrupción que ha sacudido a la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo, afirmó que el riesgo que hoy corre se debe a los señalamientos de “medios inescrupulosos que han hablado sin pruebas”. Sin embargo, cuando la interpelaron por los chats que la vinculaban con los hechos que tuvieron cita en el Hotel Tequendama, Ortíz no dio ninguna respuesta.
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El nombre de la exconsejera salió a la luz cuando en la noticia del saqueo a la UNGRD se le acusó de que actuó como intermediaria en la entrega de una suma millonaria al expresidente del Senado, Iván Name.
Su decisión de guardar silencio ha intensificado el drama y las especulaciones sobre su verdadera implicación en el escándalo, mientras ella misma denuncia un entorno hostil y peligroso.
Cabe recordar que según Sneyder Pinilla, ex subdirector de esa entidad, Sandra Ortiz fue la encargada de entregar el dinero, arañado de contratos para llevar agua a La Guajira, a los entonces presidentes del Congreso, Iván Name y Andrés Calle.
De acuerdo con los exdirectivos de la Unidad, Sandra Ortiz tiene información privilegiada que daría cuenta de la planeación y ejecución de la empresa criminal que se tomó la UNGRD, hechos por los que fue sacada de su cargo.
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Además de Sandra Ortiz, este escándalo también le costó el cargo a Carlos Ramón González, quien se venía desempeñando como el director de Inteligencia Nacional en el actual Gobierno.
