Samanta Torres, un ejemplo de superación a través de la educación

[responsivevoice_button voice="Spanish Latin American Male" buttontext="Escuchar Noticia"]
Compartir en

Con una gran alegría por iniciar su jornada escolar, llega todos los días Samanta Torres en su silla de ruedas, junto a su madre Chaini Yarima Sarria Montaño, a la institución educativa Carlos Holguín Mallarino, sede El Retiro.

Samanta tiene 7 años, actualmente está cursando el grado primero en la institución. Aunque la niña tiene una condición llamada agenesia del cuerpo calloso, eso no la ha limitado para asistir a las aulas de clase.

“Ella estuvo en un CDI y las profesoras me recomendaron que no la matriculara en un colegio de educación especial, porque nos dimos cuenta que Samanta aprendía imitando a otros niños, por eso decidí buscarle un cupo en un colegio oficial para que siguiera avanzando en su proceso”, indicó Chaini Sarria.

Desde que Samanta ingresó al colegio el año pasado, Chaini ha observado notables avances en su aprendizaje y en su habla. Ahora, la niña pronuncia palabras como “profe”, lo cual llena de orgullo a su madre.

Cuando Samanta llega a la institución, es tanta la alegría por compartir con sus compañeros, que se baja de su silla de ruedas y entra corriendo a encontrarse con ellos en el aula de clase.

Lea también: IEO República de Israel será priorizada para mejorar su infraestructura y contará con una nueva sala de bilingüismo

«Es impresionante el cariño que le tienen los niños. Cuando ella llega, la reciben con abrazos, la integran en el grupo y la protegen. Eso es lo que más me gusta, porque, a pesar de que son niños pequeños, entienden más que un adulto. No la discriminan, por el contrario, la apoyan, y eso hace que ella se sienta querida. Todos la conocen y la aceptan», afirma Chaini, con una sonrisa.

Hace tres años, Samanta no podía caminar. Sin embargo, gracias a las terapias y procedimientos médicos, ahora logra dar pasos apoyándose en las puntas de los pies. La interacción con sus compañeros ha sido fundamental en su proceso de mejora.

Samanta está a la espera de viajar a Bogotá, donde le realizarán un examen neurológico con el fin de operarla y mejorar su forma de caminar, permitiéndole así disfrutar plenamente de su niñez.

Chaini concluye con esperanza: “lo que quiero es que cada día mi hija aprenda más. Aunque no escriba como los demás niños, al menos se integra socialmente y entiende que está en un colegio con normas, algo que ella necesita porque es muy activa”.

Samanta Torres, una niña que, con el amor y apoyo de sus padres, hermana, profesores y compañeros, sigue superando barreras y avanzando en su camino hacia un futuro prometedor.


Compartir en

Te Puede Interesar