Samady un emprendimiento ejemplar nariñense

Luisa Fernanda Basante junto a sus hijas Valery Salomé Vargas y Madelynne Gianella Vargas, inspiración y motor de su emprendimiento artesanal Samady en el barrio Caicedonia de Pasto.
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Desplazada por el conflicto armado en la costa nariñense, Luisa Fernanda Basante encontró en el tejido artesanal una forma de subsistir y brindar un mejor futuro a Valery Salomé y Madelynne Gianella, sus dos pequeñas.

En el barrio Caicedonia, perteneciente a la comuna tres del municipio de Pasto, se levanta una historia de esfuerzo, resiliencia y amor de madre. Allí vive Luisa Fernanda Basante, una mujer que, tras ser víctima del desplazamiento forzado por el conflicto armado en la costa del departamento de Nariño, tuvo que rehacer su vida desde cero en un entorno desconocido, enfrentándose a las dificultades propias de la pobreza y la falta de oportunidades.

Con determinación y talento, Luisa Fernanda encontró en el arte del tejido una forma de sostener a su familia. Día tras día, con paciencia y dedicación, confecciona manillas artesanales que se han convertido en su principal fuente de ingreso. Este trabajo no solo le permite cubrir las necesidades básicas de su hogar, sino también darle un ejemplo de fortaleza a sus dos hijas, Valery Salomé Vargas y Madelynne Gianella Vargas, quienes son su mayor inspiración.

Emprendimiento

De ese amor maternal nació Samady, el nombre de su emprendimiento, que surge de la combinación de los nombres de sus pequeñas. Cada manilla tejida lleva consigo no solo hilos y colores, sino también la esperanza de un futuro más digno para su familia. Con creatividad y empeño, esta madre cabeza de hogar ha logrado transformar una difícil realidad en una oportunidad de superación personal y económica.

Llamado

Luisa Fernanda ha hecho un llamado a la comunidad de Pasto y a la ciudadanía en general para que apoyen su iniciativa adquiriendo sus productos. “Cada manilla que vendo significa alimento para mis hijas, significa la posibilidad de seguir adelante sin tener que rendirme ante las adversidades”, afirmó. Su petición es clara: que las personas reconozcan en Samady no solo un negocio artesanal, sino una historia de vida que merece respaldo.

Solidaridad

La trabajadora insiste en que apoyar este emprendimiento es también una manera de acompañar a cientos de madres desplazadas que, como ella, buscan reconstruir sus vidas en medio de la adversidad. “Tejer se ha convertido en mi manera de sostenernos, de no rendirme y de enseñarle a mis niñas que siempre hay una salida cuando se lucha con amor y constancia”, expresó con emoción.

Esperanza

Hoy, el pequeño taller de Luisa Fernanda en Caicedonia representa más que un espacio de trabajo: es un refugio de sueños, resistencia y lucha. En cada diseño, sus hijas son el motor que la impulsa a continuar, recordándole que su esfuerzo no es en vano y que con cada venta puede asegurarles un futuro más estable y lleno de oportunidades.

Las personas interesadas en apoyar este emprendimiento y en adquirir las manillas de Samady pueden comunicarse al número 3183504612. Cada pieza es un símbolo de talento artesanal, pero sobre todo un testimonio vivo de que, aún en medio de la adversidad, la resiliencia y el amor maternal pueden abrir caminos de esperanza.


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