
¿Salvaje, depilado o arregladito? Eliminar el vello púbico tiene una larga tradición.
El dicho «Quien quiere presumir, tiene que sufrir» también se puede aplicar a la eliminación del vello en las áreas íntimas. Tanto en Egipto como en Roma, la depilación de la zona íntima era muy popular en la época antigua. Las mujeres utilizaban para tales fines conchas marinas o piedras pulidas, sangre de murciélago, orina de ternera y grasa de burro.
Además, se usaban cuchillos de bronce, piedra pómez y cera de abejas, o las mujeres se depilaban con hilos finos. Incluso recurrían al orpimento, un mineral que contiene arsénico y es extremadamente tóxico. La era de las depiladoras modernas y la maquinilla de afeitar todavía no había llegado.
Pero cuando nos dio el vello corporal, la naturaleza debió tener algo en mente. La científica cultural y periodista Mithu Sanyal afirma que tiene una función protectora. Es una protección natural contra los agentes infecciosos y evita lesiones.
Sanyal ve la depilación íntima como una justificación higiénica en este sentido. Sanyal continúa diciendo que el cabello libera sustancias odorantes conocidas como feromonas, las cuales lo hacen difícil de resistir. Sanyal ha estudiado el pasado de los genitales femeninos e incluso ha escrito un libro llamado Vulva. La revelación del sexo que no se puede ver.
Variedad y creatividad
El vello íntimo siempre ha tenido diferentes tendencias a lo largo de los siglos, explica Sanyal a DW. El propósito ya no es simplemente eliminarlo, sino fomentar la creatividad. Hay muchas opciones: usar una «depilación brasileña», dibujar adornos como corazones o flores, optar por un corte bikini discreto, donde solo se elimina el vello que podría sobresalir de las bragas, o el último estilo, el «sello», donde solo queda un pequeño rectángulo alargado de cabello.
En ciertos países, especialmente en Oriente, la barba se considera una falta de civilización. En algunas culturas de África o los mares del Sur, sin embargo, se sigue considerando un signo de fertilidad el vello íntimo. Saynal agrega que en países donde el cabello no crece por razones genéticas, como Tailandia o Japón, es preferible tener una zona íntima poblada.
Tabúes eclesiásticos, pelucas de vello íntimo y parásitos
A partir de la Edad Media, el afeitado íntimo fue tabú en Europa, donde las mujeres romanas se entregaban a la cultura del baño y practicaban el procedimiento. Debido a que la Iglesia católica prohibía el trato pecaminoso con el propio cuerpo, al menos oficialmente.
Entre los siglos XVI y XVIII, el vello abundante se consideraba un signo de salud: «La sífilis estaba muy extendida en aquella época, con la consecuente caída del pelo íntimo, por eso la gente llevaba pelucas en el pubis que demostraran al mundo exterior su salud». También eran populares entre las prostitutas porque los clientes traían piojos y ácaros con ellos. Los insectos se alojaban en la peluca, la cual se podía quitar después del acto.
No más intimidad para la zona íntima
En la actualidad, los medios de comunicación, especialmente en Internet, han llevado a una uniformización mundial de la imagen de las zonas íntimas. La popularidad de la depilación brasileña aumentó cuando se presentó por primera vez en una de las famosas series de televisión de los años 90, ‘Sexo en la Ciudad’. Sanyal afirma que se han establecido nuevas normas y estándares.
Cada vez más, los medios de comunicación mostraban piel desnuda y, por primera vez, la zona íntima, que hasta entonces había formado parte fundamentalmente de la esfera privada, se vio sometida a un ideal de belleza globalizado, que incluso ha llegado a Alemania. En uno de sus libros, Florence Hervé, una periodista francesa que luchó por los derechos de la mujer, mencionó que las mujeres alemanas eran identificadas como su «jungla germánica».
Los estudios de depilación se han vuelto muy populares en las grandes ciudades de todo el mundo para ayudar a sus clientes a liberarse del vello indesagradable. En la actualidad, un número cada vez mayor de hombres se depila, especialmente entre los miembros de la generación más joven. El uso de técnicas como la electrólisis, la cera caliente, el láser y las afeitadoras eléctricas ha ampliado la moda capilar genital.




