El expresidente brasileño Jair Bolsonaro fue trasladado desde su residencia, donde cumple prisión domiciliaria, a un hospital para realizarse una serie de exámenes médicos. Según sus abogados, la decisión responde a problemas de salud que viene arrastrando desde hace años, muchos de ellos relacionados con el atentado que sufrió durante la campaña presidencial de 2018. El procedimiento fue autorizado por las autoridades judiciales y se realizó bajo estrictas medidas de seguridad.
El nuevo episodio ha reavivado la atención mediática en torno a su estado físico y su situación legal. Mientras sus seguidores lo ven como una figura perseguida que ahora enfrenta problemas de salud, sus detractores advierten que estas salidas deben ser cuidadosamente vigiladas para evitar privilegios indebidos. El entorno médico aún no ha emitido un parte oficial sobre los resultados de los exámenes.
